Las fotos que hablan solas de la caza de torcaces, zorzales, becadas...
En esta galería os mostramos unas sensacionales imágenes de las migratorias que mantienen en buena medida en pie la caza menor española.
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Aunque hay poblaciones muy abundantes de paloma torcaz sedentaria, que suelen salvar la media veda, la entrada del contingente migratorio de esta ave en otoño ofrece más posibilidades cinegéticas, como la caza en pasa o tiradas en zonas de invernada.
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Se cace cuando se cace y en cualquier modalidad, el tiro a la torcaz no resulta sencillo por su dureza, rápido vuelo y excelente vista. Sin embargo, que sea difícil abatir esta paloma no impide que algunos llenen los colgadores en media veda y la general.
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Y si las torcaces dan mucho juego en verano y en otoño-invierno, qué decir de los cuatro zorzales cazables (común, alirrojo, real y charlo). Sin duda son los responsables del éxito de muchísimas jornadas de caza al salto y en mano o en puesto fijo.
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Si bien en los últimos años parece que la entrada de zorzales ha sido algo menor a nuestros cazaderos, sus capturas nos siguen hablando de unas migratorias muy abundantes y que cada vez se reparten más por la geografía española.
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A tal punto llega la pasión por la becada, que su llegada a nuestros cotos es celebrada por todo lo alto entre aquellos cazadores que, cada vez más numerosos y con sus perros becaderos, se han especializado en una especie tan atractiva como enigmática.
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No es la de la becada una caza de grandes números y sí de espectaculares vivencias, donde los perros cobran una enorme relevancia en jornadas venatorias maratonianas y en cazaderos no aptos para todas las razas caninas.
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A pesar de no tener el peso específico de antaño, entre otras cosas, por la cantidad de trabas impuestas a la actividad cinegética en zonas húmedas, las acuáticas continúan manteniendo un importante número de adeptos a su caza en España.
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La tradicional caza de patos, lo mismo ayer que hoy, brinda al aficionado momentos de gran intensidad, con tiros no exentos de dificultad y pelotazos que quedarán grabados para siempre en la memoria.