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Frío, nieve, viento o hielo pueden jugarnos malas pasadas

Consejos para evitar los accidentes en la caza de alta montaña

La caza de alta montaña es una de las actividades cinegéticas en las que el cazador debe cuidar más su preparación física y su equipamiento, mucho más cuando esta actividad se pretende desarrollar bajo unas condiciones climatológicas adversas

El frío, la nieve, el hielo, la ventisca y la niebla son factores que nos podemos encontrar y para los que tendremos que estar perfectamente equipados. Y además, esos factores, en la alta montaña, pueden llegar de forma inesperada cuando menos lo esperemos, encontrándonos en una situación difícil que habremos de saber resolver.

Bien es cierto que lo más lógico es que cuando estas condiciones no fueran las adecuadas desistiéramos de nuestro intento y volviéramos otro día, pero por desgracias en muchas ocasiones no es posible cambiar las fechas, como ocurre en los sorteos en las reservas nacionales, o no es posible perder más días, lo que nos fuerza a probar suerte aunque las condiciones no sean las más adecuadas.

Ropa técnica, imprescindible

En la alta montaña no será raro que estemos cazando a unas temperaturas por debajo de cero, de manera que habremos de cuidar al máximo nuestro equipamiento. Por fortuna para los cazadores, la aparición en el mercado de nuevas fibras sintéticas, como el Gore-Tex y otras similares, que han venido a sustituir y mejorar los tejidos tradicionales, nos permiten estar perfectamente protegidos, tanto para el frío como para el agua, siendo su peso muy liviano.

El uso de camisetas térmicas que permiten la transpiración resulta muy recomendable. Hago especial hincapié en que las prendas sean transpirables, pues evitaremos que el sudor que se produce en las ascensiones se acumule y moje nuestras prendas, haciéndonos perder gran cantidad de calorías.  Pantalones de estas nuevas fibras y un buen chaquetón son otro complemento imprescindible.

El equipo para alta montaña debe ser impermeable, transpirable y ligero

El calzado

Otra parte esencial de tener en cuenta el calzado, que tendrá que cumplir una doble función, siendo la primera y esencial el mantenernos los pies siempre calientes y secos, y la segunda que nos proporcione un agarre en condiciones adversas y nos sujete bien el tobillo, evitando en gran medida las torceduras. Este último factor es muy importante, aunque poco tenido en cuenta a la hora de elegir las botas. Particularmente, tenía unas confortables del frío y del agua, pero de las que me tuve que deshacer en seguida por no tener una buena adherencia en el suelo mojado y ser las causantes de más de un tras piés. Y lo que es peor, provocan una gran inseguridad dificultando más lo que de por sí ya es difícil. Unos buenos guantes y un pasamontañas son accesorios también necesarios en ese equipo básico con el que debemos contar.

En la mochila siempre tenemos que llevar una navaja multiusos, un mechero que nos permita encender lumbre y unas pastillas especiales para hacer fuego en condiciones muy adversas y con la vegetación húmeda. Una cuerda resistente nos ayudará en más de un apuro. El teléfono móvil también es muy útil y nos dará una gran tranquilidad, permitiéndonos conectar rápidamente en caso de accidente, aunque por desgracia muchas veces no tendremos cobertura.

Hacer fuego con la vegetación húmeda puede ser complicado

No ir nunca solo

Por último, el uso de una vara o bastón de apoyo nos permitirá no perder la verticalidad en muchas ocasiones. Pero aparte del equipamiento, hay otra serie de medidas que siempre hemos de tomar. Nunca subiremos solos, aunque dormiremos a la perfección el terreno. Siempre es conveniente ir acompañado, pues en caso de algún percance será más fácil de solucionar.

En caso de que no conozcamos bien el terreno, la compañía de un guía de la zona es imprescindible, haciendo caso siempre de sus indicaciones y siguiendo los itinerarios marcados, pues ellos saben a la perfección los sitios en los que podremos tener algún problema.

También hay que tener en cuenta que en la montaña, como escribíamos al principio, el tiempo cambia en cuestión de horas, por lo que, aunque parezca que hace buen día, debemos estar preparados para un cambio brusco en las condiciones climatológicas, regresando lo más rápido posible al lugar de inicio. La noche no nos debe sorprender nunca lejos del coche, así que tenemos que saber a la distancia a la que se encuentra y el tiempo que tardaremos en regresar. Por eso es importante que antes de disparar sobre un animal o intentar cobrarlo, contemos con el tiempo que nos va a llevar esa acción y el terreno que nos queda por cubrir hasta que regresemos de nuevo al coche, sin que se nos haya echado la noche encima, con todo el peligro que conlleva.

Seamos conscientes de nuestras propias limitaciones. Ése será nuestro mejor aliado, evitando exponernos a peligros innecesarios y situaciones dramáticas. Debemos recordar que la caza tiene que ser un placer y nunca un sufrimiento, por ese motivo en la montaña deberemos ser más estrictos al seguir las normas de seguridad, no poniendo en riesgo nuestra identidad física ni mucho menos la de las personas que nos acompañan. Si después de un día de grandes esfuerzos, sois capaces de abatir el animal que vais buscando, os aseguro que será una experiencia que nunca podréis olvidar y guardaréis el trofeo en un sitio preferente de vuestro hogar, independiente de la calidad del trofeo. Y que a la montaña hay que guardarle siempre el máximo respeto y que cualquier precaución nunca estará de más.

Texto: A.A.A.