Pasar al contenido principal
una cantidad de barbaridades que te costará leerte sin reírte (o sin llorar)

Animalistas piden que el ciervo ibérico se catalogue como especie vulnerable

Este y otros cuantos disparates, tales como que en España se introdujeron ciervos sika o ciervos canadienses, para “mejorar el trofeo”, o que prácticamente se llevó a la extinción en el siglo XX.
Animalistas piden que el ciervo ibérico se catalogue como especie protegida Ciervo ibérico (Cervus elaphus).

Nunca nos dejará de sorprender la capacidad inventiva del sector animalista, cuando se trata de fomentar el odio contra los cazadores. En esta nueva entrega de una cuenta llamada @CastellaNatura en Twitter, abren hilo para explicar cómo en España los cazadores casi llevamos a la extinción al ciervo ibérico, para después cruzarlo con ciervos sica o ciervos canadienses para mejorar el trofeo. 

Tal y como lo leen. “La mayor parte de los ciervos ibéricos están hibridados con ejemplares de otras subespecies y de otras especies (C. nippon/C. canadensis), por la búsqueda de "trofeos" más grandes para la caza. A los cazadores les gustan los "trofeos" grandes, pero la subespecie ibérica (C. e. hispanicus) es relativamente pequeña, por lo que en la segunda mitad del siglo XX comenzaron a introducir estos ciervos que se hibridarían con el ciervo ibérico. Un buen negocio para los cotos”, aseguran. 

Con total seguridad no saben ni han visto en su vida ninguna de las tres especies: ni los ibéricos, ni los sika ni los wapitíes. Los ciervos sica, también conocido como sika “Cervus nippon”, sólo se encuentran en nuestro país en algunos zoológicos y desde luego, para mejorar el trofeo, nunca se hubieran utilizado por el abismo entre la morfología con el ibérico y porque su cornamenta es muy inferior a la de nuestros venados. 

animalistas

En cuando al elk, o wapiti, Cervus canadensis, es el pariente mayor de toda la familia Cervidae y su peso oscila entre los 320 y los 400 kilos, es decir, más del doble que el venado ibérico, por lo que la hibridación resulta casi imposible. Además hablan de que el ciervo ibérico es pequeño, cuando se trata del tercer cérvido en cuanto a tamaño, solo superado precisamente por el wapiti y el alce.

A lo que se refiere el artículo del que ha "sacado la información", aunque sería más apropiado decir "tergiversado", es "Deciphering Anthropogenic Effects on the Genetic Background of the Red Deer in the Iberian Península", ("Descifrando los efectos antropogénicos sobre el trasfondo genético del ciervo en la península ibérica"), publicado por Christian Gortázar, que para quien no lo sepa, es cazador además de  licenciado en veterinaria, doctor por la Universidad de Zaragoza y catedrático de Sanidad Animal en el IREC.

En el artículo citado, Gortázar hace referencia la hibridación de los ciervos ibéricos con otras subespecies europeas de ciervos rojos, en ningún momento con ciervos saca o ciervos canadienses como señala la página animalista. En el trabajo de Gortázar, se detalla explícitamente que: "al investigar la proporción de mezcla entre poblaciones nativas y ciervos rojos no nativos, los resultados mostraron que el 17% de los individuos presentaban signos de ancestros recientes no nativos y el 10.1% presentaba haplotipos mitocondriales no nativos, alcanzando una tasa de hibridación / introgresión general del 23%".

 

 

El ciervo ibérico “estuvo a punto de extinguirse”

También llegan a afirmar semejante barbaridad. “Pero además de hibridarlo, tras llevarlo casi a la extinción en la primera mitad del siglo XX, comenzaron introducirlo en zonas de la P.Ibérica donde no lo había únicamente para tirotearlo, generando problemas ecológicos con las poblaciones de ungulados autóctonos de esas zonas”. 

Antes de publicar semejante patraña, deberían informarse mejor sobre las especies que supuestamente quieren “defender”, si es que se puede calificar así el bodrio informativo que han publicado los animalistas. El ciervo común (Cervus elaphus), también llamado ciervo europeo, ciervo rojo, ciervo colorado o venado, es una especie de cérvido ampliamente distribuida por el hemisferio norte. Se han documentado unas veintisiete subespecies distintas, que se diferencian entre sí por el tamaño, longitud y color del pelo y forma de las cuernas, con un área de distribución que se extiende desde Asia Occidental (en donde la especie tendría su origen) hasta el Magreb,​ la Península Ibérica y Gran Bretaña.

Es decir, que en toda la Península Ibérica el ciervo es especie autóctona y no desplaza a ningún otro cérvido. Pero como colofón final, rematan añadiendo que “su categoría de amenaza actual (NT), se lleva ya años solicitando su catalogación como Vulnerable”.