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Balance de una pasa muy condicionada por la sequía y el último frente asociado a una ciclogénesis

Así fue la migración de becadas, torcaces, zorzales, agachadizas…

La migración de 2017 ha estado, y sigue estando, condicionada por la sequía y un gran frente atlántico muy activo como colofón final a la situación actual, frente, este último, asociado a una ciclogénesis explosiva acompañada de una borrasca mayúscula.

Borrasca, denominada “Ana”, que cruzó el norte del Mar Cantábrico manifestándose con vientos muy fuertes, mal estado de la mar y lluvias persistentes sobre buena parte de la Península y Baleares. Anteriormente a la ciclogénesis denominada “Ana”, nos encontrábamos con una sequía tremenda en toda España. En toda menos en el noreste y el sur peninsulares. Ahora ya tenemos los pantanos de España al 36,5%. Y los de la cuenca del Segura ganan 2 hm3 en la última semana. El agua ha sido el principal motivo de que mucha migración otoñal recalara en el sur peninsular, pues Andalucía es la segunda comunidad con mayores reservas de agua en embalses, según el Observatorio de Sostenibilidad.

Pasa de zorzales y torcaces

Aun cuando todavía no se ha vedado oficialmente la temporada, los cazadores ya no subimos a los puestos dándola por cerrada y calificada como malísima más que mala. Tanto es así,  que son muchos quienes opinan que la de este año ha sido peor que la del pasado. Pero por el contrario, puesto al habla con el Parque de Monfragüe en Extremadura, me dicen que es buen año palomero y consultada La Mancha en varios puntos neurálgicos, me dicen que los zorzales menguan, pero que no es para tanto. Por todo ello se puede deducir que las torcaces ya no pasan por los mismos lugares de siempre ni a la misma altura y los zorzales llevan camino de ello.

Zorzal.

Becadas

La becada entro pronto y se encontró con una España seca. Algunas se quedaron por la España húmeda, pocas, y otras volvieron al norte húmedo ubicándose precisamente en Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, donde dan fe de ello los campeonatos celebrados en tales fechas. Es más, con la primera borrasca sin nombre, fue reforzado el contingente primero y fue cuando precisamente algunas diputaciones forales prohibieron la caza por nieve donde no la había y al cabo de tales días las becadas se repartieron como en años anteriores, estando ahora a la espera de una nueva entrada que arrastraría (es de suponer) la ciclogénesis “Ana”, pero las repartirá otra vez y nos volveremos a quejar de las pocas que hay. De hecho, ya han comenzado las quejas y los cabreos con las instituciones que, asustados por lo de los días de fortuna, cerraron cuando había alguna posibilidad.

No obstante, cuando el tiempo se estabilice se volverán a repartir por el sur de Europa y nosotros diremos que hemos tenido otra entrada. O sea, que lo que prometía ser un año excepcional sobre todo en el norte peninsular, va a ser un año normalito, pero Vizcaya y Guipúzcoa más algún humedal peninsular han abatido en una semana muchas más que en los cinco o seis años anteriores a juzgar por los campeonatos, las denuncias por exceso de cupo, los comentarios varios y las muchas confidencias que se convierten en pregones trucados o imágenes de móvil juntando las de varios compañeros para presumir de buena percha. Así las cosas, no se puede afirmar nada positivo ni negativo salvo el descontrol habido hasta la fecha.

Perros en el remolque y una becada cobrada.

Agachadizas a punta pala

Miren ustedes, por el Parque de Salburúa, en Vitoria-Gasteiz (Álava), he visto yo desfilar unas cantidades que me retrotraen a los días de paso de cuarenta años atrás. Y las he visto y fotografiado durante más de tres días. No me he movido mucho por otros prados y humedales este año por una conjunción de factores ajenos a la caza, pero creo que el becacín o agachadiza no ha disminuido tanto como se creía. Veremos…

Agachadizas en un humedal.

Avefrías

No han entrado tantas como se creía. ¿Vendrán ahora cuando se asiente lo perturbado por la ciclogénesis “Ana”? ¿Habrán ido directamente al sur? La gran sequía habida hasta la fecha está causando estragos y comportamientos anómalos. En los humedales vascos no hay muchas. Habrá que seguir preguntando una información sesgada que en definitiva no dice nada. Pero la avefría estará presente en todos los lugares húmedos de España. Habrá más o menos, pero habrá ya que a muchas aves el temporal las ha pillado sin migrar o migrando y se han recogido donde han podido. Lo malo es que a esas concentraciones les dan caña por un tubo en cualquier parte de Europa.

Avefrías en vuelo.

Ánsares

Los cormoranes, los ánsares y las grullas son las aves más esperadas por ornitólogos y cazadores. Eso siempre fue así, pero este año con la dichosa sequía han tenido un comportamiento desconcertante aun cuando sea lógico si se estudia someramente. Los ánsares se han quedado en Álava en el mismo número de siempre por cuestiones climáticas, que no por la sequía. En las Lagunas de Villafáfila han bajado de forma considerable aun cuando la laguna mantiene un mínimo de agua, pero los ánsares se alimentan de vegetales en los que ha hecho mella la sequía de un año largo. Hay unos dos mil ánsares aquerenciados.

En La Laguna de la Nava y en la de Boada sólo se quedan un día de paso, pues ambos humedales están secos totalmente. Y no, no ha llovido lo suficiente como para empapar la tierra y empezar a tener lámina de agua suficiente para su aquerenciamiento otoñal. Estas lagunas toman agua del histórico Canal de Castilla que va demasiado bajo aun cuando me comentan que algo ha crecido con la lluvia. Donde están contentos con el aumento de ánsares es en las Tablas de Daimiel. Ya ven, esos humedales han sufrido hasta incendios en 2009 por arder la turba del subsuelo tras cuatro años sin agua y ahora vuelven a ser un referente mundial.

Grupo de ánsares.

Grullas, cercetas y patos varios

Las grullas son muy sensibles a la carencia de agua y a las heladas fuertes, pues al igual que los ánsares, su alimento es vegetal. Pero la cosa está tan mal que en las Lagunas de Gallocanta sólo hay unas pocas meramente testimoniales. Concretamente hay unas 2.000 frente a las 20.000 de anteriores años. Llegan, pernoctan y se van a las vegas del Guadiana y lugares similares.

Cercetas han entrado a punta pala, pero los patos migratorios no han entrado todos los que tenían que haber entrado, ni los que han entrado lo han hecho por los lugares históricos, pero como siempre vendrán y su distorsión es debida a la meteorología.

Cerceta.

(Texto y fotos: Miguel Ángel Romero Ruiz)