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Dos razas que darán mucho juego en media veda y en temporada general

Podenco andaluz y drahthaar: así los valora un cazador

Podenco andaluz y drahthaar, una raza de acoso y levante y otra polivalente con grandes dotes para la muestra, darán que hablar en media veda y en temporada general. Aquí, a continuación, recogemos la valoración de ambas por parte de un cazador experto.
Podenco_Drahthaar_G Drahthaar batiendo el cazadero junto a la escopeta y podenco andaluz portando una codorniz.

Podenco andaluz

Puede parecer extraño mezclar aquí lo que muchos entienden como requisito indispensable para cazar codornices y perdices, esto es, ser una raza de muestra, con lo que otros muchos tienen entendido, que el podenco andaluz es una raza estrictamente conejera. Pues ni para unos ni para otros; el podenco andaluz, bien seleccionado, es un eficaz y completo perro de escopeta para codornices y perdices, sobre todo allí donde más dificultad tenemos para sacarlas a tiro.

Las ventajas de un podenco andaluz centrado en la caza de pluma son innumerables, y no van en línea con su estilo, sino con la efectividad de su búsqueda y su intuición para servirnos los lances acotando las huidas de la escurridiza codorniz entre los cardos y pinchos, o recortando y sacando de cara o atravesadas a las patirrojas que amagamos con nuestra acción de caza en monte y llano. Nariz finísima y total conexión con el cazador.

De sus inconvenientes vamos a destacar la tendencia a latir los rastros de muchos ejemplares, algo lógico al tratarse de una raza levantadora heredera de muchos cientos de años tras los conejos, además de la diferencia en el trabajo de búsqueda con respecto a las razas de muestra, lo que se traduce para muchos como una cierta apatía e incluso una falta de amplitud en los recorridos. El podenco andaluz es para cazaderos duros donde otros perros no sacan partido, y ahí es indispensable.

  • Con esta raza te recomiendo: afinar a la hora de seleccionar un cachorro. Deberá ser de talla media, puede que chica en algún caso, pero siempre de líneas de mateo, sin sangre de perro puntero, y con poca tendencia a cantar los rastros. Y sobre esto, habremos de iniciarlo con piezas de pluma.

Drahthaar

Siendo una raza que en nuestros campos no ha logrado alcanzar niveles de aceptación como los del braco, mantiene un buen número de seguidores e incondicionales que aprecian en este perro valores como la seguridad en los lances, la calidad de nariz o la resuelta vinculación a la escopeta. Estamos ante una raza dura y rústica, capaz de meterse donde sea para sacar a la codorniz que corretea por la acequia, y capaz igualmente de marcarla y pararla en los pasillos del rastrojo de media altura, recorriendo siempre una porción de cazadero abarcable por nuestros disparos. Con las perdices el drahthaar es muy vital que no repara en trabajar duro repasando cada mata, cada laderita, el barbecho, la viña o el olivar con maestría. Es un perro metódico que depara muy buenos lances, un perro muy completo. De entrada, y con perros poco trabajados y entrenados, podemos encontrar desde ejemplares que cazan al trote lento y sin abarcar cazadero, hasta otros que se comen el rastrojo o el barbecho lejos del cazador, pero esto no es un problema de fondo, sino un déficit de trabajo por nuestra parte. Boca dura en algún caso, el principal defecto es que nos negamos a descubrir la valía de esta raza, un reto de futuro para muchos cazadores.

  • Con esta raza te recomiendo: darle oportunidades, y para ello hay que ser un cazador duro y no faltar ni una sola jornada en la media veda o en la general, pues una vez atesorados un cierto número de lances, comenzará a dar nota alta. Suelen cazar muy pendientes del cazador, una enorme ventaja para la escopeta.
(Texto: M. Soler / Fotos: Archivo)